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Es posible poner la IA al servicio del bien común? ¿cómo?

¿Como utilizamos la Inteligencia Artificial para ponerla al servició del bien común?

  • Som Connexió

Sí, ya lo sabemos, hace menos de un año publicábamos el artículo sobre Inteligencia Artificial.

¿Tendremos algo nuevo que decir?

Si. Hoy queremos explicaros, de la mano de Joan Caballero, que trabaja en Somos Conexión coordinando el equipo de sistemas de la información (el equipo que trabaja programando y gestionando la infraestructura digital de la cooperativa), cómo usarla coherentemente con nuestros valores, ponerla al servicio del bien colectivo.

Como bien habrás notado, la IA ha pasado a ser, en estos meses, nuestro pan de cada día. Las aplicaciones de mensajería la están incorporando a sus interfaces, ya casi no nos sorprende encontrar imágenes manipuladas por todas partes…, y pese a estar tan presente, siguen abriéndose dilemas éticos y problemáticas sociales a su paso.

Uno de ellos, es el “colonialismo de datos”, también conocido como “tecnofeudalismo”. No, no… ¡Eso no quiere decir que volvamos a la edad media! Así es como describe el economista y político griego Yanis Varoufakis, una hipotética nueva forma de capital que se está extendiendo a través de las grandes plataformas de internet.

Una forma en la que “no existen medios de producción que –nuestro trabajo mediante– generen y vendan productos para consumir”, sino que lo que se produce y consume es “información”, datos. Con nuestro uso de internet y las redes, producimos capital que se queda en la nube, a cambio de nada, y que los propietarios de las empresas acumulan en forma de renta: ¡somos como los siervos del feudalismo!

Otras problemáticas, como la sustitución de la fuerza de trabajo humana por la de los algoritmos, o los usos represivos y de control social, resuenan constantemente en nuestras cabezas cuando oímos hablar de la IA.

Frente a todo esto, en Somos Conexión, y las cooperativas dentro de la ESS que estamos impulsando Som IT, nos hacemos fuertes para generar software al margen de este sistema privativo y utilizar la inteligencia artificial de forma ética. Nos lo explica Joan:

Una de las formas de luchar contra ese colonialismo de datos o capitalismo digital, es el sistema de código abierto o libre. ¿Qué papel crees que juega el código abierto para proteger nuestros datos?

El código abierto es importante en torno a la inteligencia artificial (IA) sobre todo por dos cosas:

  • Primero de todo, por transparencia de qué hacen los algoritmos en soluciones algorítmicas. Para que se pueda auditar y mejorar desde la comunidad que mira lo que se está haciendo y puede entender y ver dónde hay sesgos o errores. Y la transparencia no solo se aplica a los algoritmos sino también a los datos que entran en estos algoritmos. Los datos pueden ofrecer sesgos o incorporarlos de forma tan o más clara que los propios algoritmos. Y debe saberse qué datos están alimentando estos algoritmos para entender qué aportan dentro de los análisis o del entendimiento que la máquina pueda tener de la realidad.
  • También es importante para compartir experiencias y conocimiento. El código abierto permite que otros puedan coger y utilizar lo que se está haciendo de forma abierta y con conocimiento de lo que se está haciendo.

 

¿Cuál es el objetivo del código abierto? ¿Desde cuándo se está desarrollando en Somos Conexión?

En Somos Conexión siempre priorizamos herramientas de código abierto, de manera que podamos reaprovechar todo lo que se hace y pensarlo de forma colectiva.

Cuando invertimos en desarrollar sistemas informáticos podemos verlo de dos formas diferentes: en competir, como se hace en la economía tradicional, o podemos verlo como una herramienta que puede permitir a todo un sector avanzar. Nosotros pensamos que el desarrollo de software de código libre debe ser una herramienta que ayude a la economía social a avanzar.

Por lo tanto, cuando montamos un proyecto de software de sistemas de la información, intentamos mirar a nuestro alrededor para ver si podemos unir esfuerzos y así tener el camino allanado, o bien aseguramos que el esfuerzo que hacemos nosotros sirva para que otros tengan una menor barrera de entrada a estas herramientas. Porque sabemos que no tenerlas puede suponer un handicap muy importante y una pérdida de opciones de sobrevivir en un mundo muy complejo por proyectos más pequeños. Así pues, siempre intentamos trabajar siguiendo una estrategia colectiva.

 

¿Cómo y con quién lo ha desarrollado?

Lo hacemos en red. Trabajamos con Somo Mobilitat y otras cooperativas. Vemos primero qué necesidades tenemos en común para desarrollarlas de forma conjunta. También hemos hecho alianzas a medio plazo con cooperativas que desarrollan software como Coopdevs o Códec.

Y al mismo tiempo también hemos creado una cooperativa de segundo grado junto con Som Mobilitat y la Fundación Finanzas Éticas, llamada Som IT Cooperatiu. En Som IT queremos tener un equipo de tecnologías de la información que pueda desarrollar estas herramientas de código abierto de forma prioritaria y aplicar esa mirada colectiva de desarrollo de software. Necesitamos un gran equipo con personas con experiencia y trayectoria, y a través de esta cooperativa con una estructura de segundo grado podemos llegar a ese objetivo.

 

Cuando decimos que es abierto, ¿queremos decir que cualquier persona u organización puede acceder y/o modificarlo o reutilizarlo?

Sí, cualquier persona puede acceder, modificarlo, utilizarlo y hacerlo crecer en un entorno diferente. También puede haber gente que entre en nuestro proyecto y haga mejoras sobre nuestro código, por lo que también nos ayude. Con esto tenemos experiencia con proyectos como el ERP (software que sirve para gestionar los procesos de trabajo de la cooperativa) que utilizamos, que es Odoo. La entidad que lo coordina es la OCA (Odoo Community Association), comunidad que se dedica a ver qué desarrollo comunitarios deben entrar en el software y en qué circunstancias.

 

¿Qué tipo de servidor utilizamos y qué diferencias tiene con un tipo de servidor convencional?

No gestionamos servidores propios, utilizamos proveedores. Intentamos seleccionar a proveedores con determinados criterios, como que sean de la economía solidaria. Por eso usamos Pangea, que nos da servicio de correo, y de Nextcloud (repositorio de documentos).

Otro criterio es que utilicen el código abierto en sus soluciones. También utilizamos otros proveedores de servidores más tradicionales, donde tenemos un espacio de servidor concreto más nuestro que podemos utilizar para nuestras aplicaciones, como Odoo.

 

¿Hasta dónde llega el código abierto? ¿Podemos suplir todas las funciones que requiere hacer funcionar a la cooperativa con este tipo de software?

Para nosotros es una prioridad, pero no un requisito imprescindible. Las organizaciones son espacios complejos y los equipos necesitan cubrir sus necesidades de forma profesional sin que comporte una sobrecarga. Y, por lo tanto, el software debe ser una herramienta que ayude a los equipos a desarrollar su trabajo.

Siempre que existe un proyecto potente, que tiene una comunidad activa y que las funcionalidades que da este proyecto son de calidad, apostamos por el código libre y lo priorizamos. Pero cuando no existen unas necesidades concretas de software sin un proyecto maduro que las cubra, no tenemos la capacidad de asumir todo este peso nosotras. Por tanto, es una prioridad pero no un requisito. En ocasiones no encontramos un software libre que cubra las necesidades que tenemos.

 

En Somos Conexión apoyamos y nos hemos asociado al manifiesto “Por una inteligencia artificial de todos y para todos» que la asociación CIVICAi ha creado para velar por una IA de todas y para todas. ¿Cómo crees que puede aprovecharse el potencial de la IA para ponerla al servicio del bien común? ¿Puede convivir con un modelo de IA desarrollada y al servicio de las grandes corporaciones?

La IA tiene un potencial muy importante para aportar cosas positivas a la sociedad. Si su uso es correcto, podemos imaginar avances en ámbitos como el médico, tanto de diagnóstico como de investigación o bien para encontrar soluciones a la crisis climática o a la búsqueda de soluciones a ciertos procesos o tareas de poco valor o satisfacción.

Si nos imaginamos también en nuevas formas de distribuir riqueza, podría ser una herramienta para que las personas dediquemos menos tiempo al trabajo. El problema es que parece que no va en esa dirección. Como ocurrió con la generalización de internet, la entrada de las tecnologías de la nube o las redes sociales la están liderando las grandes corporaciones. Y, por tanto, el beneficio económico se convierte en el único criterio a la hora de escoger qué hacer y qué no. Esto implica que estas tecnologías, con potencial de ser muy positivas, acaben teniendo unos efectos negativos que en el ámbito social debemos plantearnos. El riesgo de copiar modelos que ya hemos visto es muy elevado. De hecho, es lo que está ocurriendo con tecnologías de datos cerradas que no sabemos cuáles son, con la aplicación de sesgos a la hora de tomar decisiones.

 

¿En qué proyecto se está utilizando y cuáles crees que son las claves para hacerlo de forma ética?

Estamos en una fase muy inicial y lo estamos haciendo con una mirada colectiva. Estamos trabajando con Som Mobilitat y el Col·lectiu Ronda recogiendo casos de uso para ver cómo estas tecnologías pueden ayudarnos. En nuestro caso, en los equipos de atención a las personas consumidoras y de administración. Queremos utilizar la IA tanto en el ámbito de tratamiento de documentos (procesos repetitivos de descarga de documentos, lectura y clasificación), como con las peticiones de las personas usuarias: hacer una reclasificación semiautomática para ayudar a los equipos a eliminar tareas repetitivas que aportan poco valor.

Por otro lado, estamos iniciando un camino de construir unas guías para saber cómo aplicar la mirada de la economía solidaria a estas herramientas de forma consciente. Teniendo en cuenta los sesgos, riesgos y el impacto en la privacidad y los derechos de las personas. Estamos haciendo el ejercicio de reflexionar con conciencia y plasmarlo en un documento que ayude a saber lo que debemos tener en cuenta cuando ponemos en marcha estos procesos. Siempre con un tono de ayuda. Para su elaboración, estamos trabajando con Digital Fems que con su mirada feminista sobre la tecnología, nos están ayudando a sistematizar, detectar sesgos, riesgos, para incorporarlo a nuestros proyectos.

 

La utilización de la inteligencia artificial (IA) está repercutiendo en automatizar procesos y, por tanto, se reduce el volumen de puestos de trabajo. ¿Crees que en este caso también lo está haciendo? ¿Cómo está revirtiendo esta situación en la cooperativa?

La introducción de la digitalización tuvo impacto en la eliminación de ciertas tareas repetitivas y con la IA puede seguir ocurriendo. Desde el equipo de atención a las personas consumidoras, nos piden la activación de procesos semiautomáticos para aquellas tareas que aportan poco valor a las personas.

Como cooperativa, en el ámbito de modelo económico y de forma de ver el mundo que representamos, queremos que estas nuevas tecnologías tengan un impacto directo positivo en las personas que estamos contratando y queremos seguir contratando.

No estamos pensando en un ahorro de costes directo cuando queremos implementar estos procesos, sino que estamos pensando en que las personas que trabajamos en la cooperativa tengan un trabajo con una aportación de valor directo (más satisfacción con uno mismo y con el trabajo que hacemos) y mejor servicio hacia las personas usuarias.

Por ejemplo: tiene más sentido dedicar media hora a acompañar a una persona mayor a configurar su rúter que dedicar diez minutos a tareas de cuidados y quince más a realizar el resto de tareas repetitivas porque si no se hacen no se puede trabajar. El foco no es la eliminación de puestos de trabajo sino la liberación de tiempo para que las tareas que se puedan realizar tengan un impacto en las personas y en el servicio que damos.

 

¿Cómo imaginar el futuro? ¿Cómo puede evolucionar la cooperativa con la ayuda de la IA?

Es difícil imaginar el futuro y hacia dónde irá con los cambios tecnológicos que estamos viviendo. Hace un par de años no nos imaginábamos que ahora estaríamos viendo este avance en la IA.

Creo que acabará siendo una herramienta que iremos incorporando de forma escalonada, poco a poco, en la implementación de procesos. De la misma forma que ahora tenemos un sistema de gestión ERP, también tendremos tareas que estarán sostenidas por este tipo de herramientas. Se habla mucho de ello porque es muy espectacular lo que hace, pero el paso a llevarlo a procesos de trabajo no será inmediato, sino que se irá generalizando de forma paulatina. Y deberemos estar atentas a cómo se va haciendo para que sea una herramienta que esté al servicio de las personas consumidoras.

 

Seguro que en unos meses seguiremos hablando de la IA.

En un mundo acelerado donde la tecnología da pasos cada vez mayores, nosotros no queremos quedarnos atrás: no tenemos el capital ni los medios para investigar y crear a su ritmo, pero queremos seguir informadas e informándote de lo que se cuece en el mundo digital. Y sobre todo, queremos poder seguir creando herramientas que nos den más autonomía: que nos permitan no depender de los gigantes digitales, que no se haga negocio con nuestra actividad, información y conocimiento.

¡Nos leemos en el próximo artículo!

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