¿Es posible consumir tecnología y telecomunicaciones de forma más sostenible para el planeta?
Allá hacia el 2004 se celebró en el Japón una cumbre del G8, y en aquel contexto, el primer ministro japonés, Koizumi Junichiro, defendió una propuesta de Greenpeace que hablaba por primera vez de trabajar alrededor de las 3 R (reciclar, reutilizar y reducir) para hacer frente a las amenazas a las cuales hacía frente el planeta (desertización, extinción de especies, cambio de temperatura, etc.)
Han pasado muchos años desde entonces y la situación, lejos de mejorar, se ha complicado tanto que los expertos ya han señalado una fecha tope (dicen las expertas que 2030) para hacer revertir las consecuencias de la crisis climática a la cual nos abocamos. Os recomendamos mucho este podcast de Crítico, que de forma rigurosa hace seguimiento de temas vinculados a la crisis climática.
De 3 erres, hemos pasado a hablar de 7: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. No hay una fórmula mágica que revierta la situación de forma automática: reconducir la situación requiere varias medidas que a menudo son complementarias entre ellas y aplicables en diferentes momentos de nuestra vida. La propuesta de las R, sigue viva, y muy probablemente irá evolucionando y añadiendo más opciones a las que ya conocemos. Y es que los esfuerzos para reconducir la situación del planeta requieren grandes medidas y cambios de hábitos sustanciales en la vida de las personas.
Hoy queremos proponeros diferentes aplicaciones de todas estas R en el ámbito tecnológico. Cada acción cuenta!
Rediseñar
El objetivo del rediseño es repensar los productos de forma que su propia concepción ya contemple su recorrido vital: desde los materiales que se utilizan, el impacto de la fabricación, de la distribución y la durabilidad de este.
Actualmente, muchos productos, entre ellos los aparatos tecnológicos que usamos cada día, responden a una lógica consumista y están diseñados para tener que ser sustituidos en un espacio corto de tiempo. Seguro que habéis escuchado hablar de la obsolescencia programada, hablamos hace poco al blog. Esta práctica, nada ética, responde a la necesidad del mercado capitalista de promover un flujo de adquisición de productos continuado e infinito.
Por suerte, tenemos ejemplos que las cosas se pueden hacer diferente:
Los dispositivos de Fairphone usan materiales obtenidos de forma responsable y reciclan todos los componentes que poden. No solo tienen presentes que los materiales utilizados sean de origen sostenible sino que el proceso de fabricación y distribución también está pensado para reducir el impacto ambiental y mejorar el impacto social. El último dispositivo que conocemos de esta marca es considerado como el primer móvil neutral en residuos electrónicos, cosa que quiere decir que por cada nuevo dispositivo se recicla íntegramente otro. Además, hace poco supimos también que el software de Fairphone sigue apoyando a los teléfonos que comercializaron hace 7 años. No toda la obsolescencia programada está vinculada al hardware!
Reducir
Reducir el consumo en todos los sentidos es uno de los aspectos clave para reconducir la situación en la cual nos encontramos. En general, todas y todos podemos hacer autocrítica del tipo de consumo que practicamos en el día a día y si lo analizamos con cuidado veremos, que muchas de las cosas que basura o adquirimos no son necesarias (a pesar de que nos pueda parecer que son cómodas).
El ámbito tecnológico no es ajeno a este consumo desmesurado, más bien al contrario.
Hace unos meses publicamos un artículo con una recopilación de consejos para reducir y optimizar el consumo de internet y telefonía. Se trata de un compendio de consejos y prácticas que os ayudarán a reducir la factura, pero también el impacto que vuestras prácticas diarias tienen en el planeta.
Reutilizar
El antagonista del “desechable”: reutilizar es una práctica bastante extendida (pero no suficiente) de dar una segunda vida a aquello que, previsiblemente, ya no usaremos. De esto saben mucho los hermanos y hermanas pequeños de la mayoría de familias.
No hacen falta grandes dotes de imaginación para dar una segunda vida a los objetos tecnológicos, puesto que tenemos la tendencia a deshacernos de ellos por el simple hecho de comprar un nuevo, o con mejores prestaciones, pero no porque el aparato haya dejado de funcionar o sea inservible.
Si realmente tenemos que sustituir aquel dispositivo, pensamos en cómo podemos evitar convertirlo en un residuo y démosle usos secundarios: ordenadores que se han convertido en “televisores” donde ver series desde cualquier lugar, móviles que se han convertido en cámaras de fotos por los niños, tabletas reconvertidas en pantallas por el coche, etc.
Reparar
He aquí una de las prácticas que más nos cuesta recuperar, a pesar de que reparar es algo que se ha hecho toda la vida. Hay que señalar que parte de culpa de esta dificultad la tiene el marketing que se ha construido alrededor de la obsolescencia programada. Cuántos de vosotros habéis llevado una impresora a reparar y os han dicho que era más troco comprar una de nueva que arreglar la vieja? (y el mismo pasa con el microondas, la cafetera, el móvil…)
Por suerte, el cambio de mentalidad y el empujón de muchas personas y colectivos está recuperando el hábito de reparar y cada vez vemos más entidades que programan actividades en diferentes espacios sociales y culturales para aprender a arreglar diferentes electrodomésticos. También encontramos cada vez más presente en casa nuestra el movimiento maker, que promueve la idea que todo el mundo es capaz de hacer cualquier cosa a través del aprendizaje colectivo en espacios sociales. La posibilidad de mancomunar herramientas y disponer de espacios habilitados por las tareas de reparación también es clave para hacer más accesible esta posibilidad.
La administración también ha metido baza y desde el mes de enero de 2022 se ha actualizado la Ley General de Defensa de los Consumidores. Una de las novedades, por ejemplo, es que los fabricantes están obligados a ofrecer recambios de los elementos de los dispositivos que comercializan como mínimo hasta 5 años después de la comercialización, cosa que ahora no pasaba.
Renovar
Todo el que hemos dicho hasta ahora tiene que ver con no consumir nuevos productos a no ser que sea estrictamente necesario. Y cuando pasa esto?
- Cuando aquel aparato o dispositivo ya no mujer respondida a necesidades (necesidades reales, que vaya más rápido solo es una comodidad) que tenemos.
- Cuando está estropeado y es irreparable
Y si lo sustituimos, bajo qué criterios lo hacemos? Si tenemos que adquirir un nuevo producto, es muy importante que invirtamos en un producto que siga criterios de sostenibilidad: menos consumo energético, hecho con materiales tan sostenibles como sea posible, con un proceso de fabricación de bajo impacto ambiental y que garantice una perdurabilidad razonable en el tiempo.
Cuando hablamos de renovar, también hablamos de dar una segunda vida a aquellos objetos que, por el motivo que sea ya no pueden seguir dando servicio. En este sentido, son muy interesantes las propuestas vinculadas al reciclaje artístico, que utilizan elementos comunes inutilizables por su función inicial y se los dan un nuevo sentido y una nueva vida. Hay auténticas obras de arte hechas con elementos que, otras maneras, habrían acabado convirtiéndose en residuos.
Recuperar
Todos aquellos elementos que podamos recuperar de antiguos aparatos para seguirlos usando es muy efectivo para reducir residuos. Por ejemplo, si tenéis que cambiar de ordenador de mesa, no hace falta que también compráis un nuevo teclado o un nuevo ratón. También se pueden reutilizar las pantallas por otros usos, incluso con fines decorativas (Pinterest va pleno de propuestas para recuperar objetos tecnológicos!)
A la vez, recuperar también puede hacer referencia a elementos más pequeños de los dispositivos. Los podéis volver a utilizar vosotros o los podéis dar en espacios y entidades que mancomunan recursos y herramientas.
Reciclar
Sabes que el 90% de los componentes de tu móvil son reciclables? Si te tienes que deshacer definitivamente de un dispositivo, por favor, hazlo de forma responsable! Hace tiempo preparamos este artículo donde explicábamos qué es el proceso correcto para reciclar de forma efectiva los aparatos electrónicos personales.
Para empezar, hace falta que reinicialices el dispositivo para asegurarte que eliminas todos los datos personales que puedan quedar almacenadas. Una vez hecha esto tenso varias opciones para reciclar el dispositivo:
- Llevarlo a la tienda de electrodoméstico donde compres el nuevo dispositivo porque ellos se encarguen del reciclaje de forma adecuada.
- Llevarlo a la desechería más próxima en casa tuya.
- Si tu teléfono móvil todavía puede ser vuelto a condicionar o bien contiene partes que pueden ser reutilizadas hay varias ONG como por ejemplo Ofxam Intermón, Amnistía Internacional o el instituto Jane Goodall que tienen programas de recogida de móviles.
¿Y qué conseguimos si aplicamos todas estas “R” en nuestras prácticas diarias?
Pues hacemos crecer la economía circular, que es aquella que persigue alargar al máximo el ciclo de la vida de los productos, generando a la vez el mínimo residuo. Este modelo de producción y consumo permite que, cuando un producto ha llegado al final de su vida útil siga manteniendo en circulación algunos de sus elementos y materiales, los que todavía son reutilizables. Según el Parlamento Europeo, actualmente la producción de materiales que usamos diariamente son responsables del 45% de las emisiones de CO₂. Qué pasaría si este material no se tuviera que producir de nuevo? Avanzar hacia una economía circular reducirá la presión sobre el medio ambiente y también liberará la presión sobre las materias primas, muchas de ellas con una existencia muy comprometida.
Está en nuestras manos hacer el cambio de chip e ir incorporando a nuestro día a día todas estas prácticas en beneficio del bien común. Si os falta un empujoncito, os invitamos a visitar el Atlas de la Justicia Ambiental, un proyecto que explica de forma rigurosa qué es el impacto de nuestro consumo al mundo.
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Revisado por última vez en fecha 25 de abril de 2022.