Las cooperativas de consumo son el futuro y en este artículo te contamos por qué
Consumo individualizado o consumo cooperativo, this is the question my friend…
Quizás, lo primero que te viene a la cabeza cuando hablamos de cooperativas de consumo es la garrafa de aceite de oliva virgen extra que te trajo aquel familiar que vive en el pueblo y que te hace saltar las lágrimas cuando mojas pan.
O la cesta de verduras ecológicas que recibes en casa una vez por semana y ostras tú, los tomates saben a tomate…
Cierto, las cooperativas agrícolas tienen una larga tradición en nuestro país. Pero no sólo es posible organizarse para consumir comida deliciosa.
Las cooperativas de consumo pueden organizar personas para consumir todo tipo de productos y servicios. De hecho, Somos Conexión es cooperativa de consumo, al igual que lo es Somos Energía, Abacus o el diario La Directa.
Pero antes de seguir, tal vez valga la pena entender bien qué es una cooperativa de consumo
¿Qué es y cómo se crea una cooperativa de consumo?
«Una cooperativa de consumo es una agrupación de personas que se organizan para realizar una actividad económica que tenga por objetivo consumir un producto o servicio.»
Te has quedado igual ¿verdad…? Lo entenderemos mejor con un ejemplo:
Un grupo de personas queremos consumir «cerveza artesanal» (pasemos al beber) pero las alternativas que hay en el mercado no nos parecen satisfactorias.
Decidimos asociarnos e impulsar la creación de una empresa cooperativa que produzca y venda cerveza artesana. Nosotras, como personas socias, no necesariamente trabajaremos en esta empresa, sino que seremos las consumidoras y contrataremos profesionales que se encarguen de producir la cerveza.
Si el producto es lo suficientemente bueno, lo más probable es que otras personas quieran consumirlo, y para ello se deberán asociar haciendo la cooperativa cada vez mayor.
Y os preguntaréis, ¿por qué tanto revuelo para degustar una buena pinta de cerveza artesana? Pues, por dos motivos:
- Para tener más capacidad de decisión sobre lo que consumimos. Elegir el proveedor que nos ofrece un producto o servicio más acorde con nuestra necesidad y criterios, decidir el precio, la periodicidad de consumo…
- Para consumir de forma más sostenible y local. No tiene ningún sentido consumir producto que llega de la otra punta del planeta con todo el coste económico y ambiental que tiene cuando, muy cerca de nosotros, ¡hay productoras o artesanas que tienen el mismo producto!
Si, de acuerdo… todo esto suena muy bonito y bienintencionado pero… ¿qué tiene que ver conmigo?
Pongámonos serios. En Somos Conexión creemos que el consumo del futuro será colectivo o no será. Y no estamos hablando de un futuro lejano.
A raíz de esta pandemia hemos visto que el cambio ya está en marcha y cada día que pasa se acelera más. Cada vez somos más millones de personas las que creemos que otra forma de actuar es posible y también que hay que hacer algo para revertir la explotación de un planeta que muestra síntomas de agotamiento en todos los sentidos.
Así que sí, sí que tiene que ver contigo. Y a continuación te damos algunos argumentos sólidos de que esto es así.
10 motivos para empezar a consumir en cooperativas de consumo a partir de ya
1. Miran por ti
Con las cooperativas de consumo tienes la paz mental de saber que nadie te está engañando para sacar provecho. Recibir una factura y no sentir la necesidad de coger la calculadora para revisarla, o no sufrir cada vez que recibes una llamada de la compañía de teléfono para decirte que, de nuevo está modificando sus tarifas y te la quieren colar… ¡Esto es calidad de vida, amigos y amigas!
2. Miran por el bien común
No sólo miran por ti. Formar parte de una cooperativa de consumo también tiene un gran impacto en nuestro entorno y comunidad. El objetivo de las cooperativas es resolver las necesidades de las personas socias, pero también aportar valor a la sociedad apostando por un reparto más justo de los recursos. Todo lo contrario a enriquecerse o hacer negocio solo entre unos pocos.
3. Son más sostenibles
Como hemos dicho, las cooperativas de consumo apuestan a menudo por el consumo local, pero no se limitan a eso. La sostenibilidad está en el ADN de la mayoría de cooperativas de consumo, que suelen tener muy en cuenta aspectos como la reducción de la contaminación, la eficiencia energética, el reciclaje, la concienciación ambiental, etc.
4. Son democráticas
Las cooperativas son, por definición, un ente democrático donde las decisiones más importantes se toman de forma conjunta en la asamblea general, y el gobierno del día a día recae sobre un consejo rector elegido democráticamente en la asamblea y que haría la misma función que un consejo de administración de una SL o SA.
5. Tienen un precio justo
Fijan el precio de sus servicios y productos sólo en función de su estabilidad financiera. El balance anual no da margen de beneficio ya que el beneficio es que todos tengamos producto y servicio de calidad a un precio justo. En algunos sectores, es posible que el producto de las cooperativas sea algo más caro (si el producto de la competencia está elaborado por personas en condiciones precarias y de explotación o si las empresas más grandes hacen guerra de precios para echar del mercado a las pequeñas) pero en condiciones de justa competencia lo normal es que, como no tiene margen de beneficio, el producto de las cooperativas acabe saliendo más económico.
6. Te hacen entender tu consumo
Como se suele decir: ¡la información es poder! Muy a menudo en ciertos sectores, y la telefonía es un ejemplo, las empresas ocultan o obvian cierta información. «Es mejor que el usuario no se haga muchas preguntas no sea el caso que nos haga pasar cuentas …» En las cooperativas pasa todo lo contrario. Los balances económicos están al alcance de todo el mundo y se intenta que el consumidor entienda el producto y el mercado, así como el impacto ambiental y social de su consumo.
7. No a la obsolescencia programada
Aunque a menudo no tienen el control total del producto que venden, como hemos dicho, las cooperativas no buscan maximizar beneficios a toda costa y por tanto no necesitan vender productos diseñados para estropearse.
8. Son económicamente más estables
En 2013, momento álgido de la crisis económica más reciente, 70 empresas mercantiles se convirtieron en cooperativa salvando más de 700 puestos de trabajo. En 2016, las cooperativas de España generaron 23.000 puestos de trabajo, la mayoría de ellos, estables. Esto sólo se explica por la gestión horizontal y democrática de las cooperativas que las hace flexibles y capaces de sostenerse mirando por el bien de los trabajadores. Las cooperativas no son inmunes a las crisis, obviamente, pero ponen el valor del trabajo por delante del valor económico (los beneficios).
9. Y menos corruptas
Como las decisiones se toman de forma más colectiva, también es más fácil asegurar que no hay malas prácticas en el funcionamiento de la cooperativa. Todos y todas somos conocedoras de la trazabilidad de los productos y servicios: de dónde viene lo que compramos, en qué condiciones se ha producido, cómo trabaja la gente que genera el servicio, qué precio se paga por cada cosa…
10. Y lo más importante de todo, te permiten presumir
Formar parte de una cooperativa también significa ser copropietario. Y de ello se puede presumir taaaaaanto! Si lo que te hace dudar es el hecho de pagar en el momento de hacerte socio, debes saber que esta aportación de capital es un ingreso único que se hace al inicio (en Somos Conexión es de 100 euros que se pueden fraccionar en 10 meses). Este dinero, si un día decides marchar, se te devuelve íntegramente.
Todos estos, a día de hoy, ya son argumentos de peso. Pero estamos convencidos de que en los próximos años ganarán importancia y cada vez más gente los tendrá en consideración.
La crisis de la Covid-19 nos ha hecho ver que somos vulnerables individualmente, y en cambio somos muy fuertes cuando nos organizamos y avanzamos juntos hacia un objetivo común. Estamos convencidos de que el modelo cooperativo es el nuevo modelo para hacer frente a los retos de futuro que encaramos como sociedad.
¿Vienes?