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Somos Conexión publica una guía para acompañar el uso del móvil de los hijos e hijas

  • Som Connexió

Este es un artículo dirigido a familias crueles y malvadas . 

Sí, aquellas que aguante estoicamente los embates de sus hijos e hijas adolescentes y pre adolescentes con el mismo mantra diario: «Quiero un móvil, quiero un móvil, quiero un móvil».

Sabed que sois muy valientes, que remáis contra corriente en un mundo consumista que si pudiera regalaría teléfonos infantiles con los paquetes de pañales.

De hecho, la bronca comienza cada vez más temprano. Según el estudio que realizó la agencia noruega Xplora, en España en 2019, el 60% de los niños y niñas piden su primer teléfono antes de los 9 años.

Si la cosa acabara aquí no pasaría nada. El problema es que logran lo que piden. Según el INE, el 66% de menores entre 10 y 15 años ya tienen dispositivos móviles personales, y este porcentaje sube al 75% a partir de los 12 años.

Problemas que puede generar el móvil en niños/as y adolescentes

Sabemos que lidiar con esta realidad no es fácil, y que además, ya hablando en serio, es un tema que preocupa a muchas familias y con razón. 

 El reciente estudio Percepción del uso del teléfono móvil en alumnos desde primaria a la universidad, de la Universidad Complutense de Madrid, señala que los adolescentes son doblemente vulnerables a la adicción: por un lado, porque ya han nacido en un entorno digitalizado y, por tanto, normalizan usos y conductas vistas a los adultos, y por otro porque sus circuitos neuronales están en plena fase madurativa.

Para los adolescentes el móvil es uno de los objetos más deseados porque les da entrada a un mundo sin límites (o eso piensan ellos). Les da autonomía, identidad, prestigio… 

Pero la realidad es otra. El mismo estudio señala que también les provoca otras consecuencias: 

  • desajuste en habilidades comunicativas y gestión del estrés 
  • déficit de habilidades para afrontar y gestionar situaciones adversas y estresantes
  • carencias de recursos para solucionarlas, baja autoestima, introversión…

Cada vez conocemos más y más casos de patologías vinculadas al uso desmedido de las telecomunicaciones y es clave, para hacerlas frente, educar a las nuevas generaciones para hacer un uso responsable y sano de la tecnología.

Con este horizonte hemos querido poner nuestro granito de arena y desde Somos Conexión hemos elaborado una guía para acompañar a los hijos e hijas en la incorporación del teléfono móvil.

La guía para familias crueles y malvadas

La guía puede adquirirse sola o acompañada de una tarjeta SIM de Somos Conexión que podrás activar, si es lo que decides, cuando así lo desees. Y si ya eres de Somos Conexión y no necesitas más líneas, puedes regalarla a quien quieras y explicarle el proyecto.

El objetivo de esta iniciativa es ofrecer herramientas a madres y padres que están en el proceso de tomar la temida decisión, y hacerlo de forma consciente.

Alerta… es una guía, no una recopilación de recetas mágicas que resuelven todos vuestros problemas. Esto, ya lo intuís, no existe. ¡Pero no tiramos la toalla!

En esta guía encontrarás un montón de información y buenos consejos, todos ellas basados en la realidad de lo que supone convivir y educar a uno o una adolescente.

Pongamos un ejemplo: las expertas recomiendan no introducir los dispositivos móviles personales hasta los 16 o los 18 años a ser posible. 

Sin embargo, somos realistas, sabemos que en la mayoría de los casos esto es inviable, por mucho que sea lo deseable. 

En este caso solo nos queda ser estrategas y por eso os proponemos algunas medidas, tácticas e incluso argumentos para reducir los riesgos que ya hemos comentado.

El objetivo real de todo esto no es hacer la puñeta a los niños, como seguro ellos y ellas piensan. Lo que queremos es que los y las adolescentes tomen conciencia de la utilidad real y de la responsabilidad que también comporta tener un dispositivo móvil personal. Y por eso la introducción de estos elementos debería ser progresiva y acompañada.

En la guía os damos algunas estrategias, como por ejemplo iniciar la incorporación a esta tecnología con un dispositivo familiar de uso compartido al que tienen un acceso limitado y en presencia de un adulto…

También os facilitamos una plantilla (¡imprimible!) de pacto de uso, una estrategia que os servirá para llegar a acuerdos con ellos y ellas y que se puede ir ampliando (o restringiendo) según la madurez que vayáis captando en vuestro hijo o hija durante el proceso de incorporación del móvil.

Por último, si tomáis la decisión meditada de dar acceso a vuestros hijos e hijas a un dispositivo, sea en modalidad compartida o personal, os facilitamos los pasos a seguir para activar esta primera tarjeta SIM que encontraréis con la guía.

Responsabilidad compartida: los acuerdos con familias y escuelas

Os queremos dar un último “tip” que no encontraréis en la guía. Lo decíamos al principio: familias malvadas… no estáis solas. 

Aunque vuestros hijos e hijas insistan en que:

  • Son los únicos de la clase que no tienen móvil… 
  • No pueden hacer los deberes porque necesitan un dispositivo… 
  • O que se quedarán sin amigos porque todo el mundo se relaciona por internet … 

Si compartís vuestra inquietud con otras madres y padres, veréis que no es un miedo aislado.

Y, por tanto, lo más eficiente es compartir esta responsabilidad con otros, llegando a acuerdos y generando alianzas: 

  • Compartid vuestras inquietudes y buscad estrategias en red con otras familias.
  • Buscad la complicidad de la escuela, los espacios de ocio (actividades extraescolares, entidades juveniles…) u otros entornos en los que las criaturas se relacionan.

Si todas las familias de una misma clase deciden que no hay móvil hasta cierta edad, será todo muuucho más fácil. 

Por último, recordaros, familias malvadas, ¡que debemos dar ejemplo! El uso responsable de las pantallas y el consumo que hacemos de las nuevas tecnologías es una conducta que se aprende por imitación desde que somos pequeñas. 

¿Verdad que habéis oído aquello de qué, si los niños ven leer a sus padres, ellos y ellas también leerán? Pues ahora igual: si os ven todo el día pegados a la pantalla, lo más probable es que ellos también lo hagan. Si en casa practicáis una dieta tecnológica sana, se beneficiará toda la familia.

 

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